¿Y si la magia fuera solo ciencia que aún no entendemos? Cartas desde la frontera donde un psiconauta desafía a escépticos y místicos
¿Existe la magia? Un escéptico, psicodélicos y el misterio de lo que no vemos
(O cómo la ciencia, los viajes cósmicos y una mente abierta me llevaron a creer que hay más de lo que alcanzamos a medir)
Hola, soy Koráxiuz, y no voy a venderte nada.
Ni fórmulas mágicas, ni cursos de abundancia, ni velas con aceites esenciales bendecidas por chamanes tibetanos.
Hoy voy a contarte algo incómodo, casi tabú en un mundo que idolatra lo tangible: la magia existe.
Pero no como Disney nos la pintó, ni como los dogmas religiosos la imponen.
Hablo de esa magia que se esconde en los márgenes de lo inexplicable.
La que se burla de los laboratorios, desafía los sensores y se cuela en las grietas de nuestra conciencia.
Permíteme presentarme: soy ese tipo que solía reírse de los horóscopos, de los rituales de luna llena y de cualquier cosa que oliera a “pseudociencia”. Crecí como católico, pero pronto me volví ateo, luego agnóstico… y hoy, simplemente, soy un explorador.
El día que mi escepticismo chocó contra un muro llamado “conciencia”
Durante años, creí que todo podía reducirse a ecuaciones, datos y experimentos repetibles.
Pero había algo que no encajaba: ¿Cómo explicar eso que llamamos “yo”?
¿Cómo medir en un tubo de ensayo la sensación de estar vivo, de escribir estas palabras, de cuestionar el universo?
La ciencia me enseñó que sin equipos, no veríamos radiación, ondas de radio ni bacterias.
Pero también me recordó algo clave: lo que no vemos no significa que no exista.
Ahí empezó mi grieta en el muro.
Psiconautas, DMT y universos que la ciencia aún no puede traducir
Te confieso algo: soy psiconauta.
He viajado con LSD, DMT (el compuesto de la ayahuasca) y otras sustancias que, como dirían los puristas, “alteran la percepción”.
Pero lo que he vivido… han sido más que simples alucinaciones.
Fueron experiencias que desafían el lenguaje: geometrías vivas, encuentros con entidades, realidades paralelas que se disuelven como humo al despertar. ¿Locura? Quizá. Pero, como también sé que la ausencia de explicación no es prueba de inexistencia.
Magia vs. ciencia: ¿enemigas o cómplices?
La magia, para mí, no es varitas ni hechizos.
Es el arte de navegar lo inmedible:
- … la sincronicidad que une eventos aparentemente aleatorios.
- … la intuición que nos salva de un accidente.
- … esa energía que sentimos al entrar a un lugar “cargado”.
¿Fuerzas sobrenaturales? No lo sé.
Pero sí sé esto: la conciencia humana es el laboratorio más complejo del universo, y ni la física cuántica ni la neurociencia han logrado descifrar por qué somos capaces de preguntarnos “¿por qué?”.
No tengo pruebas, pero tampoco dudas
Como el meme, lo admito: no puedo demostrarte que la magia exista. Tampoco quiero convencer a nadie.
Pero estoy seguro de algo:
Vivimos en un mundo donde lo misterioso no son un error, sino la norma.
Antes de comenzar con los rituales o cualquier tipo de magia, hay que aceptar que hay capas de la realidad que aún no entendemos… y que quizá nunca entenderemos.
¿Y ahora?
En este blog, no te prometo respuestas.
Te prometo preguntas incómodas, relatos de viajes alucinantes y reflexiones de un ex-escéptico que ha decidido aventurarse a lo desconocido.
Porque la vida no es más interesante cuando tenemos todas las respuestas, sino cuando nos atrevemos a abrazar el misterio.
¿Te unes?
—
Koráxius
PD: Si crees que esto es una tontería, te entiendo. Hace años, yo también me hubiera reído. Pero como dijo Carl Sagan: “En algún sitio, algo increíble espera ser conocido“. ¿Y si ese “algo” está más cerca de lo que creemos?
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